¡Mito y Realidad #9 (El pan)

Hoy en ¡Mito y Realidad!, vamos a desmontar algunos de los mitos culturales que rodean al pan.


Nos encanta el pan. Además siempre que nos ponemos a hacer dieta, es uno de los alimentos que nos quitamos. Pero, ¿hace falta? Hoy en ¡Mito y Realidad!, vamos a desmontar algunos de los mitos culturales que rodean al pan.

El mito: Para perder peso es necesario eliminar el pan de la dieta.

La realidad: No está demostrado que el consumo de este alimento esté ligado a un aumento de peso, ni mucho menos con el sobrepeso u obesidad.

Por otro lado, necesitamos aportar diariamente una cantidad de carbohidratos a nuestro organismo, a través de la dieta. Suprimir de nuestra alimentación los hidratos por completo puede causar un desequilibrio en el organismo y se pierde más masa muscular, que no masa grasa. Principal problema del efecto rebote tras seguir una dieta.

Así que comer pan nos ayuda a aportar esa cantidad de hidratos con la comida, siempre y cuando no se consuman hidratos ya en el plato.
Eso no significa que podamos comer todo el pan que queramos, una rebanadita para acompañar y siempre mejor que sea integral y de calidad.

El mito: El pan integral tiene menos calorías que el pan blanco.

La realidad: Si comparamos una misma cantidad de pan blanco y pan integral, veremos que tienen un aporte de calorías muy parecida.

La diferencia está en que el pan integral se prepara con el grano del trigo completo, manteniendo la cubierta del grano del cereal (salvado), donde se encuentra la parte más nutritiva ya que contiene fibra, vitaminas y minerales. Por este motivo se aconseja consumir siempre productos integrales frente a las harinas refinadas.
Al tener más fibra ayuda a la regulación del tracto intestinal, previniendo el estreñimiento, aumentando la sensación de saciedad y controlando la absorción de la glucosa. Mientras que el pan blanco al pasar por un proceso de refinado, se le ha eliminado toda la parte nutritiva del grano.

El mito: Entre más larga la fecha de expiración, mejor es el pan.

La realidad: Entre más larga la fecha de expiración del pan que compres, significa que lleva más conservantes, estas sustancias son utilizadas para evitar que las bacterias y hongos (moho) actúen demasiado rápido. La mayoría de los conservantes usados en la industria alimentaria aumenta el contenido de sodio (sal) del producto, lo que debe ser tomado en cuenta por personas que estén controlando su presión arterial.

Lo recomendable sería utilizar un producto cuya fecha de expiración esté alrededor de una semana desde la fecha de producción; si queremos que dure más tiempo, lo aconsejable seria congelarlo para que dure unos días más. Otra opción es comprar pan tostado, que al contener menos agua y eso reduce la colonización de los hongos. Aunque la opción más saludable es comprar el pan de panadería artesana para uso a corto plazo.

El mito: Los bordes del pan engordan más que la miga.

La realidad: La única diferencia entre la miga o la corteza es que al introducirse en el horno, la parte más externa (corteza) se ha deshidratado; sin embargo, el contenido de nutrientes como la fibra, vitaminas y minerales es el mismo en todo el pan.

El mito: Las personas con diabetes no deben comer pan.

La realidad: El pan no tiene por qué ser eliminado de la dieta de una persona diabética, lo que debe controlar es la cantidad de su ingesta, al igual que el resto de los almidones en la alimentación.

Desde Herbora, te recordamos que este control debe ser diseñado y supervisado por un nutricionista dietista especializado, quien hará los cálculos acordes con los requerimientos de la persona.
A la hora de escoger el pan, ten presente que el integral ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre y de colesterol sanguíneo gracias a su contenido de fibra.