Día mundial de la Asistencia Humanitaria (19 de Agosto) (Entrevista a Roberto Astorgano)

Aprovechando el Día mundial de la asistencia humanitaria del 19 de Agosto, Herbora ha realizado una entrevista a Roberto Astorgano.

Aprovechando el Día mundial de la asistencia humanitaria del 19 de Agosto, Herbora ha realizado una entrevista a Roberto Astorgano. Roberto es un fotoperiodista vocacional y comprometido. Un licenciado en Ciencias Ambientales que descubrió entre viajes y distintos países en los que vivió que lo suyo era captar imágenes de este mundo en las que se pudieran leer y dar a conocer historias de vida. Después de múltiples proyectos, exposiciones, publicaciones, desde que empezó la gran crisis de los refugiados sirios ha viajado a Croacia y a Grecia. Ha visitado lugares como Lesbos, Idomeni y Atenas (El Pireo). Sus fotografías han sido publicadas en “El Periódico de Catalunya”, “El Diario.es” y en “BZ Ullstein GmH”. Además de la ayuda que suponen sus fotografías a nivel mediático para mostrar la realidad de los refugiados, también cabe destacar su gran labor como voluntario humanitario para ayudar a niños, mujeres y hombres que se encuentran malviviendo en aquellos campos.

1. ¿Cómo calificarías Idomeni como ciudad y como se han portado con el voluntariado?

ROBERTO: Idomeni es un pueblo rural muy pequeño. El Campamento estaba dentro del término municipal en campos de cultivo al lado de las vías y de la estación de tren.

La gente siempre se ha portado muy bien con los voluntarios que van a ayudar, si es a lo que te refieres, a excepción de los días finales donde la policía ponía trabas a los voluntarios para entrar en los campamentos, incluso llegaron a detener a varios de ellos por motivos estúpidos.

2. ¿Qué motivaciones te llevaron a emprender esta aventura?

ROBERTO: Antes de llegar a Idomeni estuve en Lesbos y en la frontera serbo-croata, por lo que ya conocía la terrible situación que estaban viviendo las miles de personas que huyen del horror de la guerra y de persecuciones políticas o religiosas.

A Idomeni, así como a los otros lugares que he mencionado, llegué junto con mi colectivo de fotógrafos Fotomovimiento para difundir y denunciar mediante fotografías y vídeos la situación indignante que estaban sufriendo estas personas. Además de la labor de difusión y denuncia emprendimos una labor de ayuda humanitaria, repartiendo materiales de primera necesidad y comida. Cuando llegamos a principios de marzo hacía falta mucha ayuda humanitaria, ya que todavía no habían llegado muchos voluntarios. Otra labor que hicimos era la de crear espacios de juegos para los niños.

3. Una vez allí, ¿Tus expectativas creadas se reflejaban con la realidad que conociste? 

ROBERTO: No iba con ningún tipo de expectativa, no sabía bien lo que me iba a encontrar, pero lo que sí es verdad, es que lo que me encontré fue mucho más terrible de lo que me esperaba. Había una gran cantidad de personas en condiciones inhumanas. La gran cantidad de niños que había en el campamento fue una de las cosas que más me sorprendió. ¿Cómo podía ser que en la Europa de los supuestos derechos humanos estuviera pasando esto?  Tantas familias y tantos niños malviviendo en esas condiciones.

4. La situación que se vive en el campo de refugiados de Idomeni, ¿Es acorde con lo que muestran los medios? 

ROBERTO: Muchos medios han intentado mostrar la situación que se vivía en el campo, algunos acertados en ocasiones, pero está claro que los grandes medios muestran lo que interesa mostrar y en el momento que interesa. La situación era totalmente terrible y estaba desbordada. Muchos fotógrafos freelance o colectivos como el nuestro acompañados de los voluntarios han mostrado muchas veces la verdadera realidad de lo que sucedía.

5. Sabemos, que te han llamado de varios programas de radio para explicar la realidad de los campos de refugiados. ¿Crees realmente que la gente se preocupa por lo que pasa allí? 

ROBERTO: Creo que cuando alguna imagen o noticia de pronto tiene un alto nivel mediático, la gente empieza a interesarse y parece que empieza a darse cuenta de la situación; comienzan a hacerse donaciones y hay muchas personas voluntarias dispuestas a colaborar, pero después, realmente la gente se termina olvidando, cuando la noticia ya no sale en los medios se olvida, pero el problema sigue ahí. Creo que en este sistema en el que vivimos estamos muy acostumbrados a preocuparnos solo de nosotros mismos y olvidarnos de lo que pasa alrededor. Aunque he de decir que por otro lado sí hay mucha gente que toma conciencia. Me sorprendió la gran cantidad de voluntarios que fueron viniendo y que todavía siguen. La gran mayoría eran españoles, es algo que me sorprendió gratamente.

6. ¿Nos podrías destacar dos anécdotas o situaciones que reflejaran perfectamente lo que sucede en los campos de refugiados?

ROBERTO: Hay miles de situaciones dramáticas en los campos de refugiados, la falta de higiene, de sanidad, de salubridad, el hacinamiento, la falta de alimento, el stress y la desesperación. Todo eso se junta con la incertidumbre de no saber cuándo acabará esta situación. Han habido muchos bebés que han nacido en tiendas de campaña, personas enfermas sin la atención adecuada… Y a pesar de todo, estas personas siempre tenían una sonrisa para regalarte y un gesto amable.

7. ¿Conociste a algún refugiado que te haya dejado huella?

ROBERTO: No uno, muchísimos. Personas que se han convertido en mis amigos, en mi familia. No te podría decir sólo una persona, hay tantas personas y tantas historias que me han dejado huella, historias muy duras, de torturas, de muerte, de separación…los niños son siempre los que nos llegan más al corazón. Por contar una historia en concreto, Abdullah es un niño de 11 años que viajaba con su madre y su hermano, su padre estaba preso en Siria, era un niño tímido pero con una gran sonrisa, me hizo un dibujo donde se veía Siria bombardeada por tanques y personas muertas que me partió el corazón, comprender los recuerdos que llevan estos niños en sus cabezas no es plato de buen gusto. Todos los días iba a ver a Abdullah y su familia, hasta que se fueron de Idomeni hartos de la situación. Tiempo después me lo volví a encontrar en Atenas en el Pireo, después en el campo de Scaramagas, donde todavía sigue viviendo con su madre a la espera de un futuro incierto.

8. ¿Cómo valoras la idea del voluntariado? ¿La recomiendas?

ROBERTO: Recomiendo el voluntariado totalmente, ya no por la experiencia increíble que es y lo que te enriqueces como persona, sino porque creo que es algo totalmente necesario en el mundo en el que vivimos. En muchas situaciones que viví, si no hubiera habido voluntarios no sé qué habría pasado, pero te aseguro que hubieran habido muchos más muertos.

9. ¿Crees que estos dos meses en Idomeni, suponen un antes y un después en tu vida? 

ROBERTO: Totalmente. La experiencia que he vivido, la gente que he conocido, lo que he aprendido de estas personas, cada día me han dado una lección de vida. Ellos lo ofrecen todo sin tener nada, y a pesar de su sufrimiento siempre me regalaban una sonrisa. El poder aportar mi granito de arena y ayudarles en la medida de mis posibilidades, me ha hecho crecer como persona. Por otro lado, el darte cuenta, en primera persona, de la crueldad de este mundo podrido, me ha marcado muchísimo. Es algo que me ha afectado profundamente, pero que me ha enriquecido como persona, está claro que no volveré a ser el mismo ni mi vida volverá a ser la misma.

10. En definitiva, ¿Tienes una conclusión de tu experiencia y de lo vivido durante dos meses en Idomeni?