¡Mito y Realidad! #20 (La fiebre)

La fiebre es un aumento anormal de la temperatura corporal, como respuesta a una agresión determinada en nuestro organismo.


¿Por qué nos asusta tanto la fiebre? ¿Qué hay de verdad en todo lo que se dice y se escucha acerca de la fiebre?

La fiebre es un aumento anormal de la temperatura corporal, como respuesta a una agresión determinada en nuestro organismo.

La causa más frecuente son las infecciones. La fiebre no es una enfermedad, es un síntoma, al igual que los vómitos, la diarrea, la mucosidad nasal o la tos. No debemos darle más o menos importancia que la que tiene.

El mito: La fiebre es peligrosa.

La realidad: No, es una respuesta incluso saludable de las defensas del cuerpo cuando se siente atacado; es natural que genere temor y estrés, especialmente cuando da en niños, pero hasta cierta temperatura puede considerarse beneficiosa, como por ejemplo al ayuda a liberarse la hormona del crecimiento. No obstante, eso no quiere decir que no haya que vigilarla y tenerla controlada.

El mito: Hay que bañarse con agua helada. 

La realidad: En ningún caso hay que ducharse o meterse en agua fría o tibia. Los choques bruscos de temperatura sobre el organismo son un problema porque alteran la capacidad del cuerpo para recuperar su equilibrio.

El mito: Hay que abrigar a la persona que tiene fiebre.

La realidad: No. Lo mejor es no abrigar a la persona con fiebre, ponerle ropa liviana, ventilar la habitación y aumentar la ingesta de líquidos para evitar una posible deshidratación. Es importante no suspender la leche materna si el niño es menor de seis meses, y mantener la alimentación habitual cuando se trate de un adulto.

El mito: Siempre hay que usar medicamentos para bajar la fiebre.

La realidad: No. Muchas situaciones incluso no relacionadas con alguna enfermedad pueden ocasionar fiebre, como la salida de los dientes de leche en los bebés, la aplicación de vacunas o un resfriado ligero, y no necesitan recurrir a medicamentos, dado que se trata de reacciones normales del sistema de defensa del organismo. El tratamiento farmacológico solo es para casos en los que hay mucho malestar.

El mito: Para el que tenga termómetros de mercurio: ¿son fiables?

La realidad: Mucha gente afirma que los termómetros de mercurio son perjudiciales para la salud. Aunque están prohibidos en Europa, se siguen utilizando en muchos hogares y la realidad es que durante los últimos años se ha desaconsejado el uso de los termómetros de mercurio, pero no porque sean dañinos para el cuerpo. Cuando estos termómetros no se desechan de forma adecuada, pueden terminar en fuentes de agua como en ríos o en el mar, y el mercurio al entrar en contacto con el agua se transforma en metilmercurio, una sustancia que es absorbida por los peces y que puede causar daños neurológicos irreversibles en los humanos al consumirlos. Pero el mercurio de los termómetros no afecta en nada a los pacientes que miden con él su temperatura al igual que los nuevos termómetros digitales.

El mito: Las fiebres altas son las más peligrosas. 

La realidad: No. A veces la fiebre puede ser muy alta y solo obedecer a un resfriado común; en otros casos hay fiebres leves que responden a infecciones graves. Por suerte, la mayoría de los cuadros febriles en la infancia son causados por virus y muy pocos por bacterias. Por eso, como complemento a la toma de temperatura hay que estar muy alerta a la aparición de otros síntomas, como vómito, dificultad para respirar, respiración rápida, aumento de los latidos del corazón (taquicardia), presencia de manchas en la piel, ojos brillantes, sangrados, debilidad y malestar general. Ante estos síntomas lo más recomendable es asistir al médico de urgencias cuanto antes.

¡Recuerda! No siempre hay que usar medicamentos para bajar la fiebre. No te abrigues demasiado, use ropa liviana de algodón, ventila la habitación, aumenta la ingesta de líquidos. Y sobre todo, la fiebre no es tu enemiga. 

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