Consejos para evitar los catarros y gripes de tus hijos en Otoño

El frío es sinónimo de catarros y enfermedades respiratorias que en muchos casos son transitorias, pero en otros pueden convertirse en verdaderos problemas. Con la llegada el otoño el resfriado común, la faringitis y la bronquitis son dolencias más que habituales entre niños y niñas.

Cuidado con los pies.

Los pies son uno de los focos principales y más sensibles a tener en cuenta a la hora de combatir y prevenir un buen catarro. Tienes que tenerlos cuidados y sobretodo abrigados. El frio es muy traicionero y puede generarte muchos problemas.

Lávate las manos. 

Conviene recordarlo una vez más: los constipados y la gripe se contagian por contacto directo. Y no vale con mojarse simplemente las manos y secárselas rápidamente, sino que hay que frotarlas bien, con jabón, y al menos durante 20 segundos.

No te toques la cara. 

Los ojos, la nariz y la boca son las zonas del cuerpo más sensibles para la entrada de organismos perniciosos. La tendencia de los niños a tocarse el rostro hace que sean blancos fáciles para este tipo de bacterias, y por eso suelen pasar más tiempo resfriados que los adultos. Además, los pequeños son más contagiosos que los adultos durante los dos primeros días de enfermedad.

No te estreses.

Un hombre estresado es la víctima perfecta de las bacterias del resfriado. Cuando estamos más nerviosos de lo habitual, nuestro sistema inmunológico comienza a debilitarse y la producción de interleucinas comienza a descender.

No estornudes en tus manos. 

La reacción más habitual es la de taparse la boca con las manos cuando estornudamos, pero es la mejor manera de propagar nuestras bacterias y contribuir al contagio de cualquiera que vaya a estrechar nuestras manos. Es preferible estornudar en nuestras mangas, o aún mejor, en un clínex.

Descansa adecuadamente. 

Gozar de las horas de sueño suficientes es esencial para mantenernos fuera del alcance de los resfriados. La razón vuelve a ser la protección de nuestro sistema inmunológico, que es la principal defensa frente a este tipo de infecciones. Ya no se trata sólo de escapar del resfriado común, sino también de muchas otras enfermedades.

No fumes ni bebas.

Los fumadores tienen más posibilidades de caer en los brazos del resfriado y de la gripe, como señalan las estadísticas, así como de agravar sus síntomas a través de la inflamación de la garganta. Por su parte, el alcohol ataca al sistema inmunológico que protege nuestro organismo, deshidrata nuestro cuerpo y favorece la aparición de infecciones.

Cuidado con los espacios cerrados. 

Hospitales, aeropuertos y transportes públicos atestados. Estos son tres de los lugares donde es más posible pillar un resfriado, ya que en ellos, la concentración de gente es muy alta y la posibilidad de contagio, mucho mayor. Así que, aunque el frío parezca el principal causante de estas dolencias, es preferible salir a la calle a tomar el aire que exponerse al contagio en lugares abarrotados.