¡Mito y Realidad! #23 (La alimentación infantil)

Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede repercutir positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse con los demás, pensar y racionalizar, socializarse, adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre todo, en su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro

Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede repercutir positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse con los demás, pensar y racionalizar, socializarse, adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre todo, en su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.

Mito: Es obligación de los padres que los niños coman.

Realidad: Es obligación de los padres ofrecer una alimentación correcta a sus hijos. No obstante, la responsabilidad  de decidir si comen o no y cuánto comen es de los mismos niños. Es importante dejar que los niños reconozcan sus señales de hambre y saciedad y aprendan a comer la cantidad que realmente los deje satisfechos. De esta manera es más fácil evitar problemas de obesidad. La obligación de los padres es ofrecer una dieta variada, equilibrada, apetecible, darles a probar alimentos nuevos, poner un horario de comidas, etc. Una vez que los niños tienen ciertas responsabilidades es más fácil que su alimentación sea la adecuada.

Mito: Niño gordito, niño sano.

Realidad: Era una idea común hace tiempo, pero hoy se sabe que la obesidad puede tener su origen en los primeros años del niño.

Es normal que los bebés tengan esos michelines, pero deben perder esa grasa al crecer. Para eso es esencial que desde que los niños empiecen a comer de todo cuidemos el tipo de alimentos que les damos y los hábitos nutricionales que les transmitimos. Y, por supuesto, que los acostumbremos a practicar actividad física para evitar el sedentarismo.

Mito: Los niños no pueden comer soja.

Realidad: El tofu, la soja y otros alimentos a base de soja pueden tomarlos con moderación. Incluso en las niñas puede incluso, reducir el riesgo de cáncer de mama en el futuro. La soja es saludable, es una fuente completa de proteína vegetariana y es consumido por muchas dietas tradicionales. Además, la soja es una de las pocas fuentes de proteínas ricas en fibra que son necesarias para el organismo. Lo mejor es comprar y consumir la versión orgánica.

Mito: Para un buen crecimiento es necesario un suplemento vitamínico.

Realidad: La gran mayoría de los niños no necesitan un suplemento vitamínico. Si nuestros hijos consumen una alimentación variada que incluya verduras, frutas, cereales, leguminosas, alimentos de origen animal, grasas y azúcares en una proporción adecuada, podemos estar tranquilos de que están consumiendo los nutrimentos necesarios. No hay que olvidar que nuestra alimentación no depende de un alimento o de un tipo de comida sino del conjunto de alimentos que consumimos en varios días.

Mito: El huevo es poco saludable.

Realidad: Los estudios han demostrado que la mala fama de este alimento es infundada. El huevo es un alimento excelente desde un punto de vista nutritivo, ya que su proteína tiene un alto valor biológico.

El consumo recomendado depende del tipo de alimentación del niño y de las proteínas animales que tome a diario. Pero en general, los expertos aconsejan 3 o 4 a la semana.

Mito: Hay que hacer comida especial a los niños más ‘selectivos’.

Realidad: Si tu hijo no sufre ningún tipo de intolerancia o alergia a ciertos alimentos, esto no es una opción. Lo ideal es que los niños tengan una amplia selección de alimentos nutritivos y saludables para que escojan los que más les gustan. Lo ideal es servir platos de comida que les gustan a los niños e ir introduciendo nuevos alimentos con frecuencia.

Mito: Los niños “bien” educados no comen entre comidas.

Realidad: Los niños están en constante movimiento, por lo que sus requerimientos de energía son altos y sus estómagos, al igual que ellos, pequeñitos, por otro lado no están dispuestos a perder mucho tiempo en comidas largas. Es por esto que el almuerzo o merienda, por la mañana y por la tarde, es muy importante. Lo que debemos enseñarles es a hacer buenas elecciones, intentando incluir la mayor cantidad de frutas y verduras posible.

Mito: Lo más importante es que coman proteínas.

Realidad: No hay ningún alimento que sea más importante que otro, cada uno juega un papel diferente e indispensable en la salud y en el caso de los niños no debemos olvidar que además están creciendo, por lo que sería un grave error dar solo alimentos ricos en proteínas que, si bien juegan un papel fundamental, sin los otros nutrientes como grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, el crecimiento y la salud no serían posibles.

Mito: Debes camuflarles las verduras en los platos.

Realidad: Si ocultas o camuflas las verduras en las comidas de tus hijos, es cierto que estarán teniendo una nutrición extra, pero tus hijos no serán conscientes de los beneficios de las verduras. En este sentido, es mejor exhibirle la comida -toda ella- de forma atractiva.

Además, también es necesario que seas un buen ejemplo y que muestres lo ricas que están comiendo las verduras con gusto. Los niños estarán más dispuestos a comer verduras si siguen tu ejemplo. No será de la noche a la mañana, pero podrás conseguirlo. Mientras tanto, puedes hacer recetas fáciles para que las verduras resulten más atractivas.

Mito: El zumo es una necesidad para los niños.

Realidad: El zumo -sobre todo el comercial- no es una necesidad para los niños, y tampoco para los adultos. Lo que realmente es una necesidad y no debe faltaros ningún día de vuestra vida es el agua. El agua es lo único que os quitará la sed, que os hidrata, que os nutre y si queréis disfrutar de unas vitaminas y nutrientes extra, la comida es la mejor forma de conseguirlo. Eso sí, los zumos tienen buenos sabores y eso nos gusta a todos, pero que sean naturales y hechos por ti, entonces sí serán opciones saludables.