Los nutrientes que necesitas para fortalecer tus defensas

La alimentación y nuestro estilo de vida juega un papel fundamental en el estado de nuestras defensas. Por lo general, si nos alimentamos debidamente, practicamos ejercicio y descansamos suficiente podremos esquivar muchas de las enfermedades que pasan a nuestro alrededor.

La alimentación y nuestro estilo de vida juega un papel fundamental en el estado de nuestras defensas. Por lo general, si nos alimentamos debidamente, practicamos ejercicio y descansamos suficiente podremos esquivar muchas de las enfermedades que pasan a nuestro alrededor.

Y ¿Cuáles son los nutrientes que debemos potenciar durante esta época?

Antes de nada, es importante tener en cuenta que nuestra alimentación global debe ser suficiente y variada, evitando alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas. A partir de aquí, nos ayudaran a mantener una correcta función de nuestro sistema inmune los siguientes nutrientes:

Minerales para tus defensas

Cobre: Es un oligoelemento básico para la vida de plantas y animales. Tiene funciones muy importantes en nuestro organismo, destacando su contribución en la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema inmune. Los alimentos que más cobre nos aportan son las otras junto a otros mariscos, las legumbres, nueces y semillas.

Hierro: Es un oligoelemento necesario para muchas funciones en nuestro cuerpo. Su deficiencia (anemia ferropénica) es la más común en países desarrollados y sus síntomas pueden ser sensación de cansancio y fatiga. Sus principales funciones son el transporte de oxígeno a través de la sangre y el crecimiento de las células. En los alimentos encontramos dos tipos de hierro, el animal (carnes rojas, pescado y marisco, especialmente los moluscos) y el vegetal (legumbres, cereales, integrales, espinacas y acelgas o frutos secos). El hierro de los alimentos lo aprovechamos mejor, el vegetal para absorberlo necesitamos la vitamina C. Es decir, tomar de postre un cítrico o un kiwi nos ayudará a aprovechar el hierro vegetal de la comida.

Selenio: Es un mineral con una fuerte capacidad antioxidante y además estimula el sistema inmune. Se encuentra principalmente en vísceras, pescado, carne, huevos, cereales y semillas.

Zinc: Es un oligoelemento esencial para la salud de las personas ya que es imprescindible para las funciones del sistema inmunitario. Se encuentra en muchos alimentos diferentes, aunque las principales fuentes son la carne de ternera o cordero, marisco, legumbres, frutos secos y verduras como el brócoli o la coliflor.

Vitaminas para tus defensas

Vitamina A: es una vitamina liposoluble, es decir que está en la fracción grasa de los alimentos. Tiene el poder de estimular las funciones del sistema inmunitario, promueve la reparación de tejidos infectados y aumenta la resistencia a las infecciones. Se encuentra en forma de retinol en hígado, bacalao, anguila, mantequilla, queso o huevos, y en forma de carotenoides en vegetales como la zanahoria, la espinaca, el boniato, el mango o los albaricoques.

Ácido fólico: También conocida como vitamina B9, es necesaria para la formación mantenimiento de nuevas células. Las mejores fuentes alimentarias son el hígado, las legumbres, las verduras de hoja verde, algún fruto seco y los huevos.

Vitamina B12: Es una vitamina que crean las bacterias de vacas y ovejas, interviene en el buen funcionamiento del sistema inmune y en la formación de glóbulos rojos. Solo se encuentra presente de forma natural en animales y derivados (carnes, huevos y lácteos).

Vitamina B6: Esta vitamina del grupo B es necesaria para la formación de anticuerpos y glóbulos rojos. Es una vitamina muy abundante en los alimentos y especialmente se encuentra en el hígado, las legumbres, los frutos secos y los plátanos.

Vitamina C: Su consumo es esencial para mantener una buena salud, es un potente antioxidante y contribuye con el correcto funcionamiento del sistema inmune. Se encuentra especialmente en frutas como cítricos, kiwi y fresas, y verduras como el pimiento, el brócoli o el tomate.

Vitamina D: La puede sintetizar nuestro cuerpo gracias al contacto de la luz solar con la piel. Fortalece el sistema inmune ayudando a prevenir infecciones. Las fuentes alimentarias más comunes son algunas setas (níscalos y champiñones), los huevos y la margarina.