Consejos para cuidar la piel de manera natural

El cuidado de la piel es de importancia fundamental. La piel es un órgano muy importante ya que nos protege del mundo exterior, nos proporciona sensaciones y ayuda a regular la temperatura corporal. No solamente es importante tener una piel sana desde un punto de vista médico, sino, desde un punto de vista estético una piel sana presentará un aspecto más cuidad y bello.
Así como nos bañamos todos los días, la piel del rostro también debe ser limpiada y cuidada a diario. Las toxinas, la contaminación ambiental, el estrés y la alimentación, entre otros factores, influyen en la delicada piel del rostro dificultando su libre respiración y modificando sus niveles de hidratación. Tener una piel tonificada requiere cuidados y protección, tanto de forma externa como interna. Así, obtendremos una piel sana en apariencia y en funcionalidad.

La hidratación y la alimentación saludable son los dos pilares en los que sustentamos la salud dermatológica. La hidratación de la piel es una situación necesaria para mantenerla en condiciones saludables y protegerla frente a la posibilidad de agresiones externas tanto de enfermedades como de envejecimiento.

Consejos:

Hidratarnos: Beber 1,5-2 litros de agua diarios. Sola o en forma de zumos o bebidas. Para alcanzar este objetivo lo primero es tener hidratado todo el cuerpo a base de beber abundantes líquidos por boca, sobre todo en épocas de exceso de calor y sudoración. Y por otro lado aplicarse lociones hidratantes de forma habitual y sobre todo tras exposición a condiciones de exceso de frío o de exposición solar.

Alimentarnos correctamente y de manera saludable: Los alimentos que consumimos aportan nutrientes necesarios para mantener la piel cuidada. Entre estos podemos destacar los antioxidantes (frutas y verduras frescas, principalmente), en forma de zumos, batidos o licuados, ensaladas, etc. Estas frutas y verduras comprenden: manzana, sandía, melón, naranja, lechuga, tomate, escarola, judías verdes, cebolla, etc.

Ejercicio físico rutinario y básico, para movilizar los nutrientes y desechos y ayudar a que transpire nuestra piel gracias al sudor: flexiones, abdominales, GAP, correr, andar deprisa, bicicleta, bailar, etc.

Duchas con cambios de temperatura que activarán la circulación favoreciendo el retorno venoso y la microcirculación capilar cutánea.

Externamente pueden utilizarse mascarillas de arcilla blanca con frutas, que aparte de realizar un efecto “pilling” suave proporcionarán elementos antioxidantes y nutritivos a la piel.

Finalmente, aconsejamos no abusar de los baños de sol. El Sol es importante para la vida, pero un exceso deteriora la piel y el cabello.

El cuidado de la piel es de importancia fundamental. La piel es un órgano muy importante ya que nos protege del mundo exterior, nos proporciona sensaciones y ayuda a regular la temperatura corporal. No solamente es importante tener una piel sana desde un punto de vista médico, sino, desde un punto de vista estético una piel sana presentará un aspecto más cuidado y bello.