6 claves para mantener una buena circulación en invierno

Durante los meses de más frío, solemos comer más y practicar menos ejercicio, algo que puede dar lugar a un mayor sedentarismo y afectar a la circulación sanguínea.

Retención de líquidos, pesadez de las piernas, aletargamiento o calambres nocturnos son algunas de las consecuencias de una mala circulación. Pero, ¿por qué ocurre esto? Los problemas circulatorios están causados por la deformación o la pérdida de elasticidad de las paredes de las venas, las encargadas de impulsar la sangre hasta el corazón, las cuales se quedan sin la fuerza necesaria para impulsar la sangre. A falta de este impulso y por la fuerza de la gravedad, la sangre tiende a acumularse en las piernas.

Con el frío la circulación de la sangre se frena aún más, perjudicando especialmente a las personas que sufren isquemias y otros problemas de corazón o que tienen un escaso riego sanguíneo en sus extremidades. Además, factores como la genética, el tabaco o el alcohol, el exceso de peso, una mala alimentación o pasar mucho tiempo de pie o sentado, influyen de forma negativa en el aparato circulatorio.

Sin embargo, activar la circulación y minimizar sus problemas puede conseguirse siguiendo unos fáciles consejos. Te contamos algunos de ellos.

1. El movimiento es esencial

Ya sea con una marcha rítmica o un paseo ligero, caminar es una de las soluciones más eficaces que todos tenemos a nuestro alcance. Ponte un buen calzado, sal a caminar y masajea las piernas al llegar a casa, empezando por los pies y siguiendo por las piernas y los muslos. Si además cuando vayas a acostarte mantienes las piernas en alto unos minutos, ayudarás al retorno venoso y mejorarás los síntomas asociados a una mala circulación.

2. Mantén las manos y los pies calientes

En la época de más frío se hace imprescindible mantener una temperatura idónea en los pies y las manos, las zonas a las que la sangre tiene una mayor dificultad para llegar al estar ubicadas en los extremos del cuerpo.

Con las bajas temperaturas los vasos sanguíneos se cierran propiciando que disminuya la circulación. Concretamente, tener los pies fríos durante mucho tiempo puede causar dolencias como los sabañones, una inflamación dolorosa de pequeños vasos sanguíneos de la piel que se produce cuando la circulación de la sangre es mala debido al frío.

3. Consume alimentos que favorezcan la circulación

Una vez más, la alimentación juega un papel importante ante el alivio de algunas afecciones y molestias. En general, los alimentos ricos en fibras y potasio ayudan a activar la circulación sanguínea, especialmente el ajo, el tomate, el jengibre, el limón, la sandía o las nueces.

Por otro lado, es importante controlar la cantidad de sal, ya que favorece la retención de líquidos, y evitar las grasas saturadas, porque aumentan el colesterol así como la viscosidad de la sangre, reduciendo su circulación.


4. Evita la ropa ajustada

Llevar ropa demasiado ajustada es malo para la circulación, así lo confirman desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC). El uso continuado de prendas que se ciñen mucho al cuerpo, que están confeccionadas con telas pesadas, como los tejanos, que impiden realizar movimientos de forma natural o, simplemente aquellas que tras haberlas llevado unas cuantas horas dejan marcas en la piel, son grandes enemigas de la circulación ya que dificultan el retorno venoso y, por tanto, estancan la sangre obligando al corazón a trabajar un poco más.

5. Bebe más líquidos

Una dieta en la que abunden los alimentos que favorecen la circulación es fundamental, pero también lo es aumentar el consumo de líquidos.

No solo en verano es necesario beber al menos dos litros de agua al día, en invierno, aunque cueste más, también debemos hacerlo. Si eres de los que les cuesta conseguirlo, puedes optar por tomar caldos o infusiones, especialmente aquellas que tienen propiedades beneficiosas para la circulación, como té rojo, diente de león o cola de caballo.

6. Toma suplementos naturales

Además de seguir una dieta equilibrada y llevar un estilo de vida saludable, complementar la alimentación con suplementos naturales es una buena fórmula para contribuir a activar la circulación. Un ejemplo es Opticir de la gama Venarol, un producto a base de castaño de Indias, centella asiática, rusco, hamamelis, vid roja, bioflavonoides cítricos y vitamina C, que utiliza extractos secos estandarizados de la máxima concentración y calidad. Gracias a la acción de la vitamina C contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos y de la piel.