Las nuevas alergias alimentarias

El número de personas que padecen alguna alergia alimentaria está aumentando a nivel global. Concretamente, en España se calcula que alrededor del 10% de la población española sufre alguna de ellas. Pero no solo está aumentando el número de personas afectadas, también  la lista de alimentos que provocan reacciones alérgicas

Antes de todo, hay que diferenciar entre una alergia alimentaria y una intolerancia alimentaria. La alergia alimentaria es una reacción alérgica que consiste en que nuestro organismo percibe como nociva una sustancia (denominado alérgeno y que normalmente es una proteína) que realmente no lo es. Este contacto activa una respuesta inmunológica exagerada del organismo que consiste en una serie de procesos metabólicos enfocados a defenderlo de una serie de sustancias consideradas dañinas por el sistema defensivo. Por su parte, las intolerancias alimentarias, aunque son muy molestas y comportan efectos indeseables, no son tan perjudiciales ni graves como lo son una alergia. Y es que una alergia a un alimento puede ser un problema aterrador. Por ello, una persona que la padezca debe evitar el alimento que le causa la reacción, ya que este puede poner rápidamente a su sistema inmunitario en estado de emergencia y afectar a numerosos órganos del cuerpo.

 


¿Por qué están aumentando?


Aunque la mayoría de las alergias alimentarias se inician en la infancia, pueden desarrollarse en cualquier momento de la vida. Incluso personas que antes comían un alimento sin problemas, su organismo puede acabar desencadenar una alergia.

Si bien los motivos del origen de una alergia alimentaria en adultos no están del todo claros, hay algunos estudios que evidencian que existe una relación entre los alimentos de «otras temporadas» y la aparición de nuevos alérgenos. Asimismo, la introducción de alimentos de otros países en las dietas locales podría también condicionarlo.


La LTP, ¿qué es?


Los alimentos más comunes que causan alergia alimentaria en los adultos suelen ser pescado, mariscos y frutos secos. Sin embargo, en los últimos años han emergido la alergia a frutas y otra mucho menos conocida: la alergia a la LTP. Derivada de las siglas en ingles de Lipid Transfer Protein, lo que traducido al español sería «proteínas transportadores de lípidos», la alergia a LTP es un trastorno muy complejo.

Estas proteínas se encuentran en la mayoría de las plantas, hojas, flores, frutos, semillas y polen. Al tener una función defensiva se localizan en la piel y la cáscara de alimentos de origen vegetal, como frutas, frutos secos, semillas, legumbres, cereales y hortalizas. Al tratarse de proteínas muy resistentes son muy estables y no se degradan ni con el calor ni con los jugos gástricos del estómago, lo que le convierte en un alérgeno potente y peligroso.

Podemos encontrar la LPT en frutas (melocotón, manzana, membrillo, albaricoque, cereza, ciruela, fresa, pera, uva, limón, naranja, mandarina, plátano, kiwi, frambuesa, granada y mora); hortalizas (col, coliflor, brócoli, repollo, espárrago, lechuga, tomate, zanahoria y apio) y cereales (maíz y trigo).




Sus síntomas


Hay personas que con solo una pequeña cantidad del alimento pueden sufrir una reacción alérgica y mostrar síntomas. En un inicio estos pueden manifestarse en forma de picor en palmas y plantas, pabellones auriculares, picor nasal, estornudos, hormigueo, intranquilidad o malestar general, para seguidamente hacerlo de diferentes maneras:

  • Problemas digestivos: dolor abdominal, vómitos, diarrea…
  • Reacción cutánea: urticaria, enrojecimiento, picor…
  • Hinchazón de la cara, labios o lengua
  • Dificultad respiratoria
  • Anafilaxia

Esta útlima manifestación supone el mayor peligro de una reacción alérgica. La anafilaxia es una reacción alérgica grave y multisistémica, es decir, afecta a dos o más órganos. Se inicia y progresa rápidamente y puede poner en peligro la vida de las personas. Cuando se sufre un shock anafiláctico la reacción afecta al sistema circulatorio, lo que se traduce en una bajada de tensión, arritmia, pulso débil o desfallecimiento. Este cuadro requiere atención médica urgente y supone riesgo de muerte.

Diversos estudios han alertado que la activación de la reacción alérgica a la LTP a veces depende de la asociación a unos cofactores. Estos son, principalmente, el ejercicio físico, la ingesta de medicamentos tipo aspirina o ibuprofeno, la menstruación, la ingesta de alcohol o infecciones concomitantes.


5 consejos para los alérgicos a alimentos


Las personas que tienen una alergia alimentaria son conscientes de que la mejor forma de evitar una reacción, es suprimiendo de la dieta el alérgeno. Sin embargo, pueden adoptar una serie de medidas para convivir con la alergia y minimizar sus riesgos:

  1. Cuando comas fuera de casa, avisa siempre de tu alergia y pregunta por los ingredientes de las comidas. Si tienes alguna duda, es aconsejable no comer el plato.

  2. Comprueba siempre los ingredientes del etiquetado de los productos.

  3. Informa a tu círculo social (compañeros de trabajo, profesores, amigos,…) de tu situación para que estén al corriente.

  4. Ten en cuenta los diferentes cofactores que pueden desencadenarte una reacción a la LTP.

  5. Si crees que algún alimento te provoca alergia, consúltalo con tu médico o alergólogo y no pruebes de confirmarlo por tu cuenta.