Vitaminas y minerales, ¿cuáles son los imprescindibles?

Para que nuestro cuerpo funcione correctamente es necesario que reciba unos nutrientes fundamentales para aportarle energía y mantener un buen estado de salud.

Las vitaminas y los minerales forman parte de los nutrientes esenciales que necesita nuestro organismo. Se denominan micronutrientes porque los necesitamos en pequeñas cantidades (miligramos o microgramos) y son esenciales por ser indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo, ya que contribuyen a la mejora de muchas de sus funciones y no pueden ser sintetizados por el organismo, se obtienen de los alimentos.

Te detallamos algunas de las vitaminas y minerales que no pueden faltar en tu dieta para darle un ‘empujón’ a tu cuerpo. ¡Toma nota!

Zinc, un refuerzo para el sistema inmune

El zinc es un mineral imprescindible para nuestro organismo al intervenir en múltiples procesos importantes. Es el oligoelemento intracelular más abundante en el cuerpo humano y es necesario para que el sistema inmunitario funcione apropiadamente. Participa en la división y el crecimiento de las células, estimula la regeneración de los tejidos y asegura un adecuado desarrollo y crecimiento de los huesos y, además, ayuda al mantenimiento del pelo, la piel y las uñas, por lo que es importante garantizar su aporte diario.

La deficiencia de zinc afecta aproximadamente a un tercio de la población mundial. Influye negativamente en el crecimiento infantil, la cicatrización de heridas o la visión nocturna y provoca la aparición de manchas blancas en las uñas, entre otros.

Algunos de los alimentos ricos en zinc son las almejas, las carnes rojas, las ostras, las avellanas, las almendras o el queso.

Hierro, ¡adiós al cansancio!

Si te sientes cansado sin razón aparente o has notado cierta debilidad en el pelo y las uñas, es posible que tus niveles de hierro no estén bien.

Este mineral es un nutriente indispensable para el crecimiento y el desarrollo corporal. Es un componente de la hemoglobina responsable del transporte del oxígeno de los pulmones a las distintas partes del cuerpo y que, además, es esencial en la elaboración de hormonas y los tejidos conectivos.

Según la OMS, la carencia de hierro, o ferropenia, es el trastorno nutricional más común y extendido en todo el planeta. Se trata de la única enfermedad carencial que además de afectar a la salud de gran número de niños y mujeres de los países en desarrollo, es también muy prevalente en los países industrializados.

Para contrarrestar su falta podemos consumir alimentos ricos en este mineral, como las legumbres, las almejas, los mejillones, los pistachos o la levadura de cerveza, o complementar la dieta con suplementos específicos de hierro.

Calcio, protege los huesos

El calcio juega un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento de los huesos y los dientes, así como para evitar la osteoporosis. Interviene también en otros procesos funcionales, como por ejemplo, para conseguir el normal funcionamiento de los músculos y los vasos sanguíneos, ya que ayuda a que se contraigan y relajen. Asimismo, contribuye a mantener el correcto estado de las membranas, a conseguir un nivel de colesterol saludable.

Calambre muscular, insomnio o debilidad ósea son algunos de los signos que provoca el déficit de calcio, por ello es importante aportar a nuestro cuerpo alimentos o suplementos que contengan este mineral. Si bien los lácteos son los productos más conocidos por su alto contenido en calcio, lo podemos también encontrar en pescados como la sardina o el salmón, espinacas, berros, almendras o garbanzos.

Magnesio, mejora el tono muscular

El magnesio es otro de los minerales más indispensables del organismo que se encuentra en dientes, huesos, músculos y sangre. Juega un papel muy importante en el cuerpo, pues cataliza numerosos procesos enzimáticos y regula la función de los músculos y el sistema nervioso, los niveles de azúcar en sangre y la presión sanguínea. Asimismo, ayuda en la formación de proteínas, masa ósea y material genético.

El déficit de magnesio puede dar lugar a arritmias cardiacas, hipertensión, fatiga, dolor de cabeza, falta de concentración y memoria, calambres en las piernas y dolores de musculares. Además, su deficiencia también se manifiesta con estreñimiento, irritabilidad, ansiedad y trastornos del sueño.

Para incluirlo en la dieta, podemos recurrir a algunos alimentos ricos en magnesio, como lo son el pan integral, las pipas de girasol, las legumbres como judías, garbanzos o lentejas, las nueces o el plátano.

Vitamina C, toda una fuente de beneficios

Con una acción antioxidante importantísima para neutralizar y eliminar radicales libres del organismo, entre las propiedades de la vitamina C está la de activar el sistema inmunológico y proteger los vasos sanguíneos de la oxidación. Por otro lado ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga y contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento de los huesos, los cartílagos y la piel.

Algunas de las señales que nos pueden alertar de un déficit de vitamina C son un sistema inmunológico bajo (favoreciendo la aparición de enfermedades frecuentes o recurrentes, sobre todo resfriados) y un mayor cansancio, debilidad e irritabilidad.


La vitamina C es una vitamina hidrosoluble, es decir, que se disuelve en
agua.
Las cantidades de vitamina C que sobran no se almacenan, se eliminan del cuerpo a través de la orina, por eso necesitamos consumirla constantemente.

A pesar de que la naranja y el limón son dos frutas que asociamos directamente con esta vitamina, hay otros alimentos ricos en vitamina C y que quizás no conocías, como son el perejil, el pimiento rojo, las coles de Bruselas, el brócoli o el kiwi.

La vitamina C es, además, la aliada perfecta para asimilar mejor el hierro, ya que esta vitamina (conocida también como ácido ascórbico) facilita su absorción a nivel gastrointestinal y permite una mayor movilización de este mineral desde los depósitos.

Vitaminas del grupo B, una recarga de energía

Las vitaminas del grupo B son un grupo de vitaminas hidrosolubles con diversas funciones en nuestro organismo e importantísimas implicaciones en la mejora de la salud. Ayudan a complementar la dieta habitual activando y manteniendo la vitalidad y la energía durante todo el día.

Las vitaminas que componen este grupo son la B1, B2, B3, B5, B6, B7, B9 y B12. Entre sus beneficios, encontramos que reducen el cansancio y la fatiga, mejoran la función psicológica y mantienen un equilibro hormonal.

Algunos de los alimentos que contienen estas vitaminas son las vísceras, huevo, pescados, lácteos, frutos secos, legumbres y cereales integrales.

Una nueva forma de tomar vitaminas y minerales

La nueva gama Vitamine de Herbora captura en un solo comprimido lo que el organismo más necesita. Está formada por 4 complementos de minerales y 3 complementos de vitaminas específicos, que se presentan en un práctico formato de 60 comprimidos masticables. ¡Una forma fácil y eficaz de mantener un estilo de vida saludable con multivitamínicos!