¡Mito y realidad! #33 (La Navidad)

Los mitos están en cada rincón de nuestra vida, día a día y tradiciones. Hoy nos toca hablar un poco de los mitos que rodean la Navidad su historia y sus tradiciones.

Los mitos están en cada rincón de nuestra vida, día a día y tradiciones. Hoy nos toca hablar un poco de los mitos que rodean la navidad y sus tradiciones.

El mito: Desde el inicio de los tiempos se ha festejado la Navidad cada 25 de diciembre.

La realidad: El natalicio de Jesús un 25 de diciembre no se fijó sino hasta el Siglo VI, curiosamente este era el día en que los romanos celebraban el «Natalis Solis Invicti» (nacimiento del Sol Invencible), un culto muy popular al que los cristianos no habían podido vencer hasta entonces. Los primeros intentos de celebrar la Navidad propusieron fechas tan distintas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 de mayo y algunas otras.

El mito: Aunque no se sabe con exactitud, Belén es lugar más probable donde ocurrió el nacimiento de Jesús.

La realidad: El lugar más probable del nacimiento de Jesús pudo ser la aldea de Nazaret según la mayoría de los estudiosos de este tema. Aunque otra corriente de investigadores se inclina por Cafarnaún, pero de las tres opciones la que menos certeza se tiene es Belén, aunque ha permanecido así por tradición.

El mito: La flor de Nochebuena es nativa de México, pero su patente está registrada por extranjeros.

La realidad: La flor de Nochebuena sí fue descubierta en México en 1834, su nombre en náhuatl era Cuetlaxóchitl, que significa «flor de cuero». En la época colonial, los españoles bautizaron a la flor como «nochebuena». Pero en 1909 la familia Ecke comenzó a cultivarla con fines comerciales en California, Estados Unidos, y ellos obtuvieron el registro ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos.

El mito: La idea del Nacimiento que se monta actualmente fue un elemento visto por primera vez en una cueva.

La realidad: El concepto del Nacimiento (llamado «belén» en España) como lo conocemos actualmente se lo debemos a una idea de san Francisco de Asís, que al oficiar la misa de Navidad de 1223, trasladó la ceremonia al interior de una cueva de la localidad italiana de Greccio en la que había instalado un pesebre con una imagen en piedra del Niño Jesús acompañado de un buey y un asno vivos.

El mito:»Noche de Paz» es el villancico navideño más popular de la historia.

La realidad: La canción «Noche de Paz» es autoría del sacerdote austriaco Joseph Mohr. Y a la fecha ha sido traducida a más de 300 idiomas en el mundo y es uno de los villancicos más populares de todos los tiempos.

El mito: Antes del Siglo XIX ningún niño había recibido juguetes de parte de los Reyes Magos ni se escribía la «carta a los Reyes”.

La realidad: En Occidente no comenzó a celebrarse la adoración de los Reyes Magos hasta el Siglo V, pero  no se acostumbraran los juguetes regalados a los niños hasta mediados del Siglo XIX, misma época cuando comenzó a popularizarse la «carta a los Reyes”.

El mito: El origen más antiguo de Santa Claus o Papá Noel se refiere a San Nicolás de Bari.

La realidad: Aunque hay múltiples versiones, en el libro «La Navidad en Guadalajara», de Ramón Mata Torres se explica que el antecesor más viejo conocido hasta ahora de Papá Noel perteneció a la mitología pagana. Se trata de Gargán, hijo del dios celta Bel y llevaba ya un cesto para distribuir los regalos. Era un gran gigante gordo. Su popularidad es algo relativamente reciente, el escritor tapatío recuerda una curiosidad: «En 1960 andaba un Santa Claus en el Centro y nadie lo pelaba. Ahorita están multiplicados. Hay hasta mujeres vestidas de Santa Claus”.

El mito: Santa Claus siempre ha vestido traje rojo. 

La realidad: Es curioso, pero en sus inicios Santa Claus lucia traje verde y blanco. Fue un anuncio de Coca Cola en los años 20 que vistió a Santa Claus con los colores de su marca.
Desde entonces no conocemos otro Santa Claus que no sea gordo con barba blanca voluminosa y traje blanco y rojo.
 
El mito: En 1914, la llegada de la Navidad permitió que se detuviera por unos instantes la Primera Guerra Mundial.

La realidad: Durante la Navidad de 1914, las tropas del Imperio alemán y las tropas británicas silenciaron las armas y en cambio hubo un intercambio de saludos y felicitaciones entre los soldados en territorio neutral e incluso hay registros fotográficos de que hicieron intercambio de regalos como frascos de whisky, cigarrillos, entre otros.