¡Mito y realidad! #35 (La gripe y los resfriados)

Llegó el Invierno y además del frío y la ropa de abrigo, hay otro concepto que inevitablemente parece ir asociado a la temporada invernal: los resfriados y la gripe. Protegernos de ellos y pasar un invierno sin notar sus efectos parece una misión casi imposible y es muy rara la temporada que logramos superar sin pasar varios días pegados a los pañuelos o el termómetro.

La realidad: Debemos mantener en todo momento una ingesta adecuada de líquidos, pero el tradicional consejo de “beber abundantes líquidos” cuando se padece un resfriado o una gripe no está avalado científicamente.

En cualquier caso, la sudoración asociada a la fiebre (un síntoma frecuente en la gripe) puede contribuir a un cierto grado de deshidratación. Ello nos producirá sed, el mejor signo de la necesidad de nuestro cuerpo de ingerir agua. Pero no siempre esta respuesta es obvia, sobre todo en niños pequeños y mayores. Por eso con frecuencia se añade la coletilla “abundante” para así asegurar el nivel correcto de hidratación, que ayuda además al proceso natural de fluidificar secreciones.

El mito: La vitamina C cura o previene el catarro

La realidad: Evidentemente, una alimentación correcta que nos proporcione suficientes vitaminas y minerales nos hará estar físicamente mejor y más preparados para superar cualquier contratiempo de salud. Para ello la clave es mantener una dieta variada y equilibrada, no tomar suplementos vitamínicos.

El mito: Coger frío hace que nos resfriemos

La realidad: El frío no causa los resfriados. El resfriado es una enfermedad causada por virus que se transmiten de unas personas a otras. Los virus «viajan» sobre todo por vía aérea a través de las gotitas originadas al hablar, toser o estornudar.

El mito: Los vahos sirven de alivio para el resfriado

La realidad: Los vahos se utilizan tradicionalmente para fluidificar la mucosidad y despejar la nariz. Pero no se han hecho estudios suficientemente amplios y rigurosos que demuestren que son eficaces más allá de impresiones subjetivas.

En niños no se debe utilizar nunca mezclado con los vahos eucaliptol y, si son menores de 3 años, tampoco mentol: no son seguros.

El mito: La miel es buena para la garganta y la tos

La realidad: Tradicionalmente la miel se emplea para el dolor de garganta  y, mezclada con leche o con limón, para la tos. Lo cierto es que produce un alivio subjetivo y, según un estudio reciente, su uso es tan eficaz como el de un antitusivo (medicamentos contra la tos) y además es más barata y sin efectos adversos. No se aconseja a niños menores de un año, por el riesgo de botulismo.

El mito: Tomar vasos de leche calientes son buenísimos para la cura del resfriado

La realidad: La caseína, la proteína más abundante de la leche de vaca, es la culpable de los mocos. La reacción de causa y efecto a menudo se produce al cabo de doce o quince horas de consumirla.

El mito: Es importante lavarse las manos

La realidad: Sí. Los estudios han demostrado que para prevenir la transmisión de resfriados y gripe es útil lavarse bien las manos con agua y jabón y durante bastante tiempo, sobre todo después de toser, estornudar o atender a una persona enferma.

El mito: Los antibióticos también sirven para tratar los resfriados

La realidad: No ayudan tampoco a curarse antes, como mucha gente cree, y nos exponen a efectos adversos. Su uso indiscriminado contribuye además a que las bacterias generen resistencias (con lo cual, si más adelante los necesitamos, no nos harán efecto).

El mito: El tabaco empeora el resfriado

La realidad: Sí. Los estudios muestran que los fumadores, sobre todo los más empedernidos, presentan más riesgo de coger resfriados y gripe, así como de que sus síntomas sean más intensos. Respirar en ambientes contaminados por el humo del tabaco deteriora las mucosas de vías respiratorias, favoreciendo la adhesión y penetración de virus y bacterias.